En los últimos años se ha hablado mucho sobre las ventajas y desventajas de las redes sociales. Hay una creencia infundada que vinieron a des comunicarnos y así destruirnos como sociedad. Sin embargo, hay muchos modos en los cuales tener acceso a una pantalla con internet puede ayudarnos a impactar positivamente en nuestro entorno.
Videos inspiracionales
¿A quién no le han aparecido los típicos videos inspiracionales en su inicio de Facebook? A pesar de que se crea que las redes sociales suelen concentrarse en lo superficial, la realidad es que gran parte del contenido compartido tiene un trasfondo inspiracional. Todos nosotros recibimos a diario al menos un video o foto de una persona realizando una buena acción.
Ronen Ozover menciona en su artículo “La viralización de Hacer el Bien” que la gente está más dispuesta a compartir material que toque fibras sensibles y llegue al corazón. Debido a esto, las buenas acciones son más propensas a que se vuelvan virales. Hay cuentas enteras en Facebook, Instagram, Twitter y Pinterest dedicadas a compartir exclusivamente imágenes y videos de gente realizando buenas acciones, por más pequeñas que sean.
Upsocl es un gran ejemplo de este estilo de páginas. En su sitio abundan los videos de rescate de animales, de deportistas entrenando con niños con discapacidades, y de profesores involucrándose en la vida de sus estudiantes en riesgo, entre otros. Hasta en la descripción de dicho sitio está explicito su objetivo: “Compartimos cosas que son importantes en el mundo. Cosas que inspiran, cosas que intrigan, y las cosas que deberían ser vistas”.
La viralización de estos videos tiene un sentido mucho más grande que el de simplemente compartir el material. Nuestros ojos y oídos absorben y procesan todo lo que ven, sugestionando a nuestra mente y generando una empatía de la cual es difícil de escapar. Si los videos y las fotos de gente realizando buenas acciones resultan moneda corriente en nuestras vidas virtuales, poco a poco saldrán de la pantalla y se incorporarán a nuestra vida real. Haz el experimento de ver al menos un video por día, por el transcurso de una semana, y notarás como tu mente buscará modos de replicar las buenas acciones.