Mi nombre es Julio Salas y trabajo en una institución pública de mi país Ecuador, soy emprendedor y presidente de la Fundación Intervención Social. Aunque suenen muchos roles, todo lo combino en mi vida diaria.
Como la mayoría de quienes estamos involucrados en el voluntariado, comencé muy joven. Paralelamente participaba en el movimiento Scouts y en grupos juveniles religiosos. No es muy difícil cuando tienes las motivaciones necesarias. Mi padre había pertenecido al movimiento Scouts en su juventud, y aún tenía los recuerdos de eventos, pañoletas y accesorios que siempre con ilusión nos mostraba para que junto con mis hermanos formáramos parte del escultismo. Obvio que la idea de acampar, la aventura, y los paseos también me generaron la ganas para participar en el momento que tuviera la edad indicada.
Ya en la adolescencia, a pesar de que seguía en el movimiento Scout, tenía la inquietud de realizar alguna actividad más. Entonces, a los 16 años me involucre con la Fundación Procare, quienes daban catequesis en zonas marginales de la ciudad. Teniendo esa edad, esta experiencia fue el apretón de tuerca necesario para las ideas en mi cabeza. Ahí aprendí mucho al involucrarme en causas y con personas de diferentes condiciones, lo cual te hace valorar cada una de las situaciones que ocurren en tu vida. Y junto con el movimiento scout, donde te educas en valores, trabajo en equipo y planes de vida, realmente fue un complemento bastante sano.
Durante la juventud y adultez me involucré en diferentes roles tanto dentro del voluntariado como dentro del movimiento scout: instructor de voluntarios, dirigente scouts, jefe de grupo, comisionado de distrito en los scouts, coordinador de actividades, trabajo de voluntario con Club de Leones, la Red de Voluntariado Juvenil, etc.… Gracias a la Red de Voluntariado, en donde varias organizaciones nos involucramos para generar un plan en conjunto, conocí al Día de las Buenas Acciones cuando mi amigo Wilson Gomez nos trajo la propuesta.
Este acercamiento se convirtió en una iniciativa propia, y es así como en el 2018 nos reunimos 4 amigos del voluntariado para encabezar la primera feria de voluntariado en el marco del Día de las Buenas Acciones. Alejandra San Martin, Cristina Mortola, Wilson y yo logramos reunir a más de 20 organizaciones, empresas privadas e instituciones públicas en un esfuerzo por generar un impacto visual y motivacional con la comunidad. Ya teníamos claro que nos gustaba la propuesta de las Buenas Acciones, y así pudimos comprender el dinamismo de una actividad que puede ser continua, además de que podríamos vincularlo profesionalmente.
En mi caso, he trabajado en el sector turístico durante muchos años. En este ambiente, cuando se organizan proyectos de desarrollo turístico hay que tener en claro los impactos sociales como el trabajo infantil, la desigualdad de género o el dinamismo del hogar, lo cual es importante para el éxito de un proyecto en comunidades o donde los actores reciben un alto impacto del trabajo realizado. En caso de no considerar estos factores, generalmente existe un desinterés de los involucrados.
Los encargados del Día de las Buenas Acciones Ecuador pertenecemos a diferentes áreas profesionales (comunicación, prevención de riesgos, capacitación, etc.). Todos consideramos que involucrar a cada una de nuestras empresas podría dar un importante empuje a la comprensión del rol de la empresa en el voluntariado, por lo que fueron fundamentales para la planificación y ejecución. Cada uno no solo ponía el recurso humano, sino además que aportamos con nuestro conocimiento profesional, lo cual resultó en el éxito del evento.
Definitivamente, involucrarnos no solo como empresarios sino como voluntarios en DBA nos provoca la sensación de que podemos aportar algo por dejar el mundo en mejores condiciones de las que las encontramos. Nos quedamos más felices, orgullosos y convencidos de que si cada uno busca aportar con un granito de arena, o desde pequeñas buenas acciones, todo se puede.
Esta motivación nos llevó a presentar la propuesta para ser la sede para la 4ta Conferencia Regional para América Latina del Día de las Buenas Acciones. Nosotros conocemos las realidades desde cada una de nuestras organizaciones de voluntariado (lo cual es bastante variado: Rotarios, Scouts, Bomberos, JCI, ONGs). El desafío es hacer una conferencia con una visión amplia, comunitaria y empresarial, y que al igual que nuestro equipo, integre a varios actores al desarrollo de Buenas Acciones.
Guayaquil es la ciudad con el mayor número de organizaciones y voluntarios del Ecuador. Desde el 2015 nos hemos puesto la camiseta por impulsar el Día de las Buenas Acciones. Además, este año la ciudad celebra los 200 años de su Independencia, los 185 años del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil -el más antiguo del Ecuador- y los 100 años del movimiento scout que nace en la ciudad de Daule, muy cerca de Guayaquil. Una ciudad que ha superado muchos obstáculos gracias a su gente y perseverancia; llena de leyendas e historias, con lugares que visitar, junto al río Guayas, que convierte el paisaje un contraste entre una ciudad que crece y la naturaleza.
La conferencia busca ser una experiencia igual de constructiva y emocionante para los asistentes como para el equipo organizador. Queremos enseñarles la forma en que convive un sinnúmero de empresas con el voluntariado y como el voluntariado construye sonrisas en cada una de sus obras. ¡Esperamos poder compartir con ustedes nuestro amor por el voluntariado en una ciudad que está llena de amor y buenas acciones!