Mi nombre es Miguel Portman. Además de ser un idealista práctico, he sido empresario en diferentes proyectos y actualmente estoy dirigiendo mi mejor emprendimiento: ayudar a las personas a ser felices y así mejorar el mundo.
Desde hace más de 40 años he estado involucrado en el voluntariado aún sin tener conciencia de ello, iniciándome en los movimientos juveniles. Hoy en día trabajo en dos proyectos de voluntariado, uno dentro de la comunidad judía de México y otro en la coordinación general del Día de las Buenas Acciones en México.
Dentro de la comunidad judía he aprendido muchos valores comunitarios, y quisiera destacar uno en especial que me motiva a ser voluntario: cada persona es responsable de sí misma y del otro. Es así como en la comunidad nos apoyamos entre todos y nos dedicamos a ayudar a nuestro prójimo, ya que entendemos que todos somos responsables por el otro. En la comunidad judía de México, así como en todas las comunidades judías del mundo y las diferentes instituciones del gobierno de Israel, nos preocupamos por hacer el bien y apoyar a nuestro prójimo independientemente de que país o religión sea.
En lo personal, no dejo de maravillarme de cómo los grupos de voluntarios que forman parte de las diferentes instituciones de la comunidad judía de México están todos los días apoyando y generando buenas acciones en escuelas, hospitales, comunidades marginadas y en un sinfín de lugares. Ellos no solo aportan su tiempo y sus capacidades, sino que también ven la manera de poder juntar los recursos para comprar equipos médicos, mobiliario, materiales, comida, ropa y todo lo que se requiere para generar beneficio a miles de personas.
Es increíble que lo que sucede en mi comunidad se replica en todo el país, y todos juntos como sociedad y como mexicanos trabajamos diariamente en hacer buenas acciones. A pesar de los problemas que suceden en México, me siento muy orgulloso de mi nacionalidad ya que cuando decidimos trabajar a favor de nuestro país y de nuestra gente, lo hacemos bien, de modo admirable y siempre damos nuestro mejor esfuerzo y dedicación.
Existe un concepto en hebreo que se llama TIKUN OLAM. Su traducción al español es “corrección del mundo”, donde todos juntos trabajamos unidos para hacer de este mundo un mejor lugar para nosotros y para las próximas generaciones. Una manera de mejorar el mundo es cuando nos proponemos ser mejores personas, cuando decidimos darnos la oportunidad de dar y compartir parte de lo que somos, brindando a los demás nuestro amor, bondad, cariño, sonrisas y palabras de apoyo. Hacer buenas acciones es poner en práctica nuestra capacidad de hacer TIKUN OLAM.
Si me preguntan que me motivó a formar parte de El Día de las Buenas Acciones, mi primera respuesta es lo fácil que es participar, ya que solo necesitas generar una idea, echarla a andar, llevarla a cabo y sentirte bien. Además, al ser un movimiento sin fines de lucro nos demuestra que no hay que dedicarse a juntar dinero para llevar acabo buenas acciones. Una simple interacción puede generar momentos de felicidad y así mejorar el mundo.
Por todo esto seguiré trabajando junto con mi comunidad, mi familia y los grupos de voluntarios de mi país, para invitar y sumar a más personas a hacer el bien. Hacernos responsables del prójimo es un modo de crear un mundo mejor.