Mi nombre es Carmen Chavarría y vivo en Ciudad de Guatemala.
El voluntariado ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria, mis padres de alguna u otra manera me inculcaron el servicio a través de su ejemplo. Inicié a ser voluntaria formalmente en 2004, cuando unos amigos me invitaron a ser parte de su organización. Recuerdo que mi primera actividad fue la limpieza de un parque y desde entonces continué participando en otras actividades. La verdad es que me automáticamente me enamoré del voluntariado y de todo lo que ello representaba, así que con el tiempo me fui involucrando más.
He sido coordinadora de voluntarios y de programas de voluntariado de distintas organizaciones; cofundé el Centro de Voluntariado Guatemalteco en 2010; y me hice Representante Nacional en Guatemala para la International Association for Volunteer Effort –IAVE– en 2012. En ese mismo año, en una conferencia de IAVE en Londres, conocí a Shari Arison, la fundadora global del Día de las Buenas Acciones, cuando presentó el proyecto ante los asistentes.
En 2016 me invitaron a ser parte del proyecto y llevar el Día de las Buenas Acciones a Guatemala. Ese mismo año se realizó la primera Conferencia Global en México y fue maravilloso conocer y aprender de los diferentes proyectos que se realizan en todos los países. También tuvimos la dicha de recibir en Guatemala a la primera Conferencia Regional del Día de las Buenas Acciones para América Latina en 2017.
Es increíble como un proyecto puede unir a mucha gente e inspirar a millones de personas a hacer el bien desde todas las partes del mundo. Cada país es diferente, cada uno tiene su propia cultura y también cada uno cuenta con sus propios obstáculos (políticos, sociales, económicos, geográficos, etc.) pero a pesar de ello, siempre existe una manera para hacer el bien.
Para la celebración del Día de las Buenas Acciones en Guatemala generalmente se invita a las distintas instituciones: ONGs, empresas, colegios, etc. para que cada una realice su propia actividad. Sin embargo, el Centro de Voluntariado Guatemalteco es quien ha realizado el evento masivo en el cual se invita a todas las organizaciones a que por un día se quiten la camiseta de su organización y se pongan la del Día de las Buenas Acciones para realizar un proyecto de voluntariado en conjunto, realzando la importancia de que todos estamos trabajando por un mismo fin.
Creo que la principal enseñanza del Día de las Buenas Acciones es que no importa cuán pequeña o grande sea una acción, ésta siempre marca la diferencia y puede que no cambie el mundo, pero definitivamente sí puede marcar la vida de una persona, tanto del otro como del voluntario. Hacer voluntariado es como un hacha de doble filo, las acciones siempre se realizan para afuera, para ayudar al prójimo, pero al momento de hacerlo, también realizamos ese trabajo para adentro. Siempre he dicho que en el voluntariado una persona puede darlo todo a otros, pero eso mismo lo está dando para sí mismo. Tal como dice Francisco Marval en su artículo para este blog, “el voluntariado es una escuela de vida”. Son muchas las lecciones que uno aprende en este camino, son muchas las alegrías y es una maravilla poder compartirlas con otros. ¡Hagamos siempre el bien!