El tema de la discapacidad intelectual todavía resulta alarmante o sensible para algunas personas, pero también constituye un tema lleno de retos y desafíos para aquellos que creen en el potencial humano. En este último grupo nos ubicamos los que trabajamos por promover una imagen positiva, optimista y esperanzadora de las personas con discapacidad intelectual.
La discapacidad intelectual es una condición relativamente estable del desarrollo que se caracteriza por limitaciones significativas y de diferentes grados en la actividad intelectual y en la adquisición de los aprendizajes conceptuales prácticos y sociales revelados en los modos de actuación social. Las personas con este tipo de discapacidad requieren apoyos de diversa intensidad a lo largo de la vida.
Más que el hecho en sí de la discapacidad, el problema está en el manejo que se hace de la situación. Muchas veces los especialistas se enfocan desde una perspectiva negativa. Evidentemente, esa perspectiva en lugar de ayudar más bien agrava la situación. ¡Qué diferente sería enfocarse en todos los aspectos positivos relativos a los logros y potencialidades que pueden alcanzar las personas con discapacidad!
Otro punto importante y necesario para destacar son los mitos e ideas preconcebidas acerca de las personas con discapacidad intelectual que existen en la sociedad. Es por ello que en este artículo queremos hacer énfasis en informar y sensibilizar sobre este tema.
Los mitos se refieren a aquellas ideas que las personas se han formado a través del tiempo respecto de las personas con discapacidad intelectual, sobre la base de determinados prejuicios o del desconocimiento. Estos mitos afectan y molestan, sobre todo porque repercuten en las actitudes y prácticas sociales hacia las personas con discapacidad.
A continuación, te presentamos 10 mitos y sus contracaras reales, las cuales fueron establecidas partiendo de las opiniones y experiencias de los padres y madres que integran un grupo de apoyo llamado “Juntos por la Inclusión”. Este grupo está coordinado por el Instituto Central de
Ciencias Pedagógicas, del Ministerio de Educación de Cuba, en colaboración con UNICEF. Ellos trabajaron para definir y desmontar los principales mitos identificados en la sociedad, presentando los mismos y mostrando también cuál es la realidad en cada caso. Este es el resultado:
1. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual son enfermos”.
Realidad: La discapacidad intelectual es una condición, personas que tienen un desarrollo diferente. No están enfermos, no deben curarse de algo.
2. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual son “pobrecitos y dignos de lástima”.
Realidad: Son personas completas con sus propios intereses y características, que desean sentirse amados y reconocidos por las habilidades que tienen y sin discriminación.
3. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual tienen un aprendizaje con un límite o tope, y pueden atrasar el aprendizaje de otros niños”.
Realidad: Con la estimulación adecuada, sus capacidades pueden ser ilimitadas como la vida misma, y la interacción con otros niños y niñas con o sin discapacidad puede ser beneficiosa para todos.
4. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual solo pueden estudiar en escuelas especiales”.
Realidad: La inclusión de niños, niñas y adolescentes con discapacidad intelectual en escuelas regulares inclusivas puede mejorar la calidad de la educación de todos los estudiantes. Cuando cuentan con los apoyos necesarios, su aprendizaje alcanza grandes resultados.
5. Mito: “Las personas con discapacidad intelectual son niños eternos”.
Realidad: La personas con discapacidad intelectual viven en un proceso de desarrollo físico constante al igual que cualquier otra: se comportan primero como niños, luego como adolescentes y llegan a tener conductas típicas de jóvenes y adultos.
6. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual no pueden ser independientes ni vivir solos”
Realidad: Cuando desde pequeños se les enseña, pueden llevar una vida independiente, autónoma y productiva.
7. Mito: “Las personas con discapacidad intelectual no pueden formar familias”.
Realidad: Cuando aprenden e incorporan mecanismos necesarios de autonomía, pueden formar su propia familia, formar pareja y tener hijos.
8. Mito: “Las personas con discapacidad intelectual tienen un gran deseo sexual”.
Realidad: Tienen preferencias, deseos e ideas de transmitir y vivir su sexualidad como las demás personas. En la misma medida, necesitan y pueden vivir una educación sexual responsable y libre de estereotipos.
9. Mito: “Los niños y niñas con discapacidad intelectual no pueden representarse, defenderse y hablar por sí mismos”.
Realidad: Desde pequeños pueden desarrollar autodeterminación, hacer respetar sus opiniones y gustos.
10. Mito: “Los personas con discapacidad intelectual necesitan protección y supervisión toda la vida”.
Realidad: Con un aprendizaje continuo a lo largo de la vida sin paternalismo ni asistencialismo, las personas con discapacidad intelectual pueden valerse por sí mismas, ser independientes, tener empleo y familia.
Para concluir, es importante recordar que la discapacidad intelectual no es una enfermedad, es una condición humana con la cual se puede haber nacido o bien haber ocurrido después del nacimiento. No es contagiosa y es distinta a la enfermedad mental.
El desconocimiento, la sobreprotección, el aislamiento, los mitos y la burla son actitudes que evidentemente debilitan la autoconfianza de las personas con discapacidad intelectual, limitando sus condiciones para desenvolverse y aprovechar sus habilidades en función de un desarrollo acorde a su etapa de vida.
Sensibilizar y educar a la sociedad, promoviendo una imagen positiva, optimista y esperanzadora de la discapacidad intelectual, es una tarea que debe ser asumida por todas las personas de buena voluntad. Si así lo hacemos, estaremos contribuyendo a tener mejores apoyos y servicios sociales, a incidir en la calidad y bienestar de vida de las personas con estas características. De eso se trata cuando hablamos de abrir caminos a la verdadera, plena y necesaria inclusión de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad.
Este artículo fue realizado en base al material creado por el equipo del Día de las Buenas Acciones en Cuba para el taller “Abriendo Caminos de Inclusión”.
Gracias al Grupo de Apoyo a Personas con Discapacidad Intelectual y sus Familias (GADIF Cuba), y especialmente a Niailé López Martínez, Rolando Verdecia – que puedes leer su artículo en nuestro blog -, Ania Díaz Sosa, Mayelín Oliva Rodríguez y Yanersy Castillo Guerra.
