No saber por dónde empezar es el primer obstáculo con el que te puedes cruzar al transformar tus buenas intenciones en acciones.
Queremos contribuir a hacer la diferencia y a veces antes de encontrar el primer obstáculo, ya nos hemos rendido… ¿Te suena lo de “Mi problema es que no sé por dónde empezar”? Y en consecuencia no empiezas por ninguna parte, sigues dando forma a la idea en tu cabeza, pero no te lanzas a actuar.
Pero , ¿cuáles son las razones más comunes detrás del “no sé por dónde empezar”?
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Puede que te de miedo comenzar por ser la primera vez que piensas en desarrollar una idea así.
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Puede que si estás pensando en crear un proyecto grande, pongamos por ejemplo una organización internacional de acción contra el hambre, solamente el imaginar cómo vas a hacer eso posible, te agobia y paraliza
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Puede que te estés preguntando, ¿pero de verdad quiero o tengo el tiempo necesario para crear este compromiso?
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O también es común el… “yo creo que solo no puedo”
Y así podríamos seguir hasta el infinito. Nos quedamos ahí, paralizados por el no saber, jugando con excusas, miedos, dudas, compromisos y haciendo finalmente… no mucho.
— Si necesitas más inspiración sobre qué y cómo puedes aportar, lee este artículo —
La respuesta es bien simple en realidad: si no sabes por dónde empezar, empieza por algún sitio. Para ayudarte a dar un primer paso después del cual todo parecerá más fácil toma nota de estas cinco claves que te ayudarán a “sí saber por dónde empezar”
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Verbaliza tu idea, compártela, habla en voz alta de ella. Eso generará un compromiso más fuerte contigo mismo para pasar a la acción. Ahora que la gente sabe lo que quiero hacer, debería comenzar a hacer algo… Puedes incluso buscar aliados entre aquellos que escuchan para no tener que avanzar tú solo.
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Determina la magnitud del proyecto, si estás pensando en algo tan grande que no puedes imaginar cómo abordar, filtra y comienza por algo más pequeño. Vuelta al ejemplo anterior, no comiences pensando que quieres acabar con el hambre en el mundo, empieza a ver cómo paliar la necesidad de los que lo están pasando mal en tu propia comunidad y escala desde ahí.
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¿Quién está haciendo algo similar a mi idea con quien pueda hablar? No reinventemos la rueda, no trabajemos doble. Si localizas a alguien así, puedes bien sumarte a su proyecto o al menos conversar para conocer qué errores no debes cometer al desarrollar el tuyo. Ganarás en tiempo y perspectiva.
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Divide el proyecto en partes. Define cuáles son las principales cosas que debes lograr para alcanzar tu meta y establece fechas límites para cumplir cada uno de esos pasos. Esto te ayudará a no distraerte.
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Actúa, aquí y ahora. ¿Cuál es un paso al que te puedes comprometer aquí y ahora?. No lo pienses mucho, no tiene que ser algo grande, pero sí suficiente para que te de sensación de acción, de echar a rodar.
En definitiva, si te para no saber por dónde empezar, clarifica qué y su magnitud, planifica las fases que necesitarías ir completando y no dejes de dar un primer paso lo antes posible. Y recuerda, como dijo C.C. Cortéz, “Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”.
¿Tienes un proyecto en mente? ¿Cuál sería un primer paso que podrías dar lo antes posible para echar a andar?
¡Suerte con el viaje!
Artículo publicado originalmente en http://blog.es.idealist.org/tengo-una-idea-para-cambiar-el-mundo-pero-no-se-por-donde-empezar/
En la serie “De la intención a la acción” Idealist analiza cuáles son los obstáculos más comunes que las personas encuentran y que les impiden transformar sus buenas intenciones en acción. Puedes leer su blog para tratar de encontrar las claves para revertir el obstáculo y ayudarte a seguir adelante.